Una buena recomendación para la lonchera de los niños es la de envolver las comidas que allí colocamos en toallas de papel que contribuyan a mantener su frescura y propiedades y que eviten la contaminación entre distintos tipos de alimentos. Además, si preparamos un sandwich, por ejemplo, la toalla ayudará a evitar que se desarme o deteriore. E incluso podemos armarlo la noche anterior, guardarlo en el refrigerador así envuelto, y ponerlo en la lonchera en el momento final, antes de salir, para que se conserve en estado óptimo.
Un aspecto fundamental es el de la higiene de la lonchera, ¡es muy importante mantenerla! Porque muchas veces se producen derrames en su interior, o los chicos comen sin haberse lavado previamente las manos. Y todo esto es fuente de generación de gérmenes y bacterias y de contagio de enfermedades. Por eso, pásale siempre una o varias toallas de papel con una mezcla de detergente y agua, o bicarbonato de sodio y agua (especialmente si le sientes un olor fuerte a comida).
También es conveniente enviarle a tu niño algunas toallas dobladas junto con la comida, para que pueda limpiarse las manos y utilizarlas como mantel (evitando apoyar la comida directamente sobre la mesa que utilizaron otros y que puede contaminarla). ¡Cuida la salud de tu familia!